¿Cómo pasar a una persona de la silla de ruedas a la cama?
Son muchas las personas que deben convivir con un familiar o cuidar un paciente en silla de ruedas. Esta situación puede ser algo temporal o, por el contrario, algo permanente. Sea como sea, es de vital importancia saber cómo manejar la silla de ruedas, así como también cómo tratar a la persona dependiente.
En este artículo nos centraremos en una acción tan cotidiana como es la de trasladar a una persona de la silla de ruedas a la cama.
Tipos de silla de ruedas
Como bien sabrás, cualquier silla de ruedas tiene la función de facilitar la movilidad a la persona que la utiliza. Las sillas de ruedas son una de las mejores opciones para contrarrestar los problemas que pueden ocurrir por una lesión, discapacidad o enfermedad física.
Antes de empezar a hablar sobre todos los pasos que puedes seguir para conseguir acostar a tu familiar o paciente, es necesario que conozcas algunos de los tipos de silla de ruedas más comunes (todas ellas disponibles en nuestra página web).
Silla de ruedas de Acero plegables
Las sillas de ruedas de acero se caracterizan por estar fabricadas con materiales de calidad, ofreciendo así una durabilidad garantizada a todos aquellos que las utilicen. Además, al tratarse de una silla plegable, no tendrás que preocuparte de si dispones de un espacio reducido. El chasis de este tipo de sillas está fabricado en tubo de acero, lo que las convierte en modelos muy resistentes y duraderos.
En términos económicos, las sillas de acero plegables son unas de las más beneficiosas para tu bolsillo. En Ortopedia.com disponemos de este tipo de sillas tanto para adultos como para niños, por lo que la selección adecuada y la adaptación están más que aseguradas.
Dependiendo del nivel de autonomía que tenga el usuario, se puede optar por una versión autopropulsada de la silla o una versión de tránsito, ambas plegables. La versión autopropulsada tiene ruedas grandes para que el usuario pueda moverla solo, mientras que una silla de tránsito está equipada con ruedas traseras pequeñas y tiene que ser empujada con la ayuda de un acompañante. Las sillas empujadas por un cuidador, al tener ruedas pequeñas, suelen ser más estrechas y compactas y pueden entrar por puertas de menor medida que las sillas autopropulsadas.
Silla de ruedas de Aluminio plegables
Si una característica conocida tiene el aluminio es que es muy ligero. Esto significa que si decides optar por una silla de ruedas de aluminio no tendrás que preocuparte por el peso en caso de querer desplazarla (ni tampoco por el espacio, pues, al igual que la anterior, también es plegable). Las sillas de aluminio reducen la dependencia de terceras personas gracias a la capacidad de autopropulsión que muchos modelos ofrecen. Al igual que las sillas de ruedas de acero, las sillas de aluminio existen en versiones autopropulsadas y de tránsito para adecuarlas al nivel de autonomía del usuario.
Silla de ruedas Activas
Las sillas de ruedas activas son unos modelos de sillas muy ligeras y dinámicas. Han sido diseñadas precisamente para aquellas personas que buscan tener una vida activa. Son muy manejables y ágiles en exteriores e interiores y en todo tipo de terrenos, facilitan la transferencia a conductores de automóviles. Además, cuentan con un diseño de respaldo más corto y una opción de reposapiés de barra única fija. Gracias a su ergonómico diseño y a su comodidad de manejo y ligereza permiten al usuario una vida más dinámica y minimizan el gasto de energía y oxígeno.
Silla de ruedas de Interior
Como su propio nombre indica, este tipo de silla de ruedas está diseñada para interiores. Este tipo de sillas están equipadas con una cubeta extraíble, respaldo reclinable y reposapiés elevables. Son modelos con respaldo y asientos acolchados, robustos y cómodos. Están pensadas para pasar largos períodos de tiempo en la comodidad del hogar. Normalmente las sillas de ruedas de interior tienen el chasis rígido, que no se puede plegar.
Las características principales de estas sillas son: seguridad, comodidad y adaptabilidad.
Pasos para pasar una persona en silla de ruedas a la cama
Ahora que ya sabes la teoría, es hora de pasar a la parte práctica. No importa el modelo de silla de ruedas del que dispongas, pues los pasos a seguir siempre serán los mismos. Sin embargo, sería prudente prestar atención a los reposabrazos al elegir una silla de ruedas. El tipo de reposabrazos puede facilitar o, por el contrario, complicar el traspaso de la persona a la cama. Los apoyabrazos abatibles o desmontables facilitan mucho la tarea de traslado, mientras que los fijos, por el contrario, la complican.
Realizar un traslado desde una silla de ruedas con reposabrazos fijos requiere más esfuerzo por parte del cuidador.
Paso 1. Prepara al paciente
Es importante que la persona a la que vayas a trasladar sepa lo que vas a hacer. De esta manera, podrá ayudarte (en caso de que la situación se lo permita) a que el traslado sea más sencillo. Despeja la zona de objetos para evitar accidentes.
Paso 2. Coloca la silla y ponle los frenos
Al tratarse de personas con movilidad reducida, es importante que coloques la silla lo más cerca posible de la cama, para ello deberás posicionarla de forma que el paciente quede de lado a la cama. Una vez hayas conseguido que la silla haya adoptado la posición, ponle los frenos a la silla para evitar cualquier accidente. Retira o despliega completamente hacia afuera los reposapiés de la silla. Retira o levanta el reposabrazos que queda del lado de la cama.
Comprueba que el paciente sigue bien sentado y con los pies bien apoyados en el suelo.
Paso 3. Levántalo
Para este paso es necesario tener fuerza, ya que tendrás que levantar el peso de una persona, y no solo eso, también deberás hacerlo rápido y sin hacerle daño.
Colócate de frente al paciente, sitúa tu pierna de apoyo entre las piernas del paciente y tu otra pierna situada junto a la cama y separada para apoyar con una buena base de sustentación que permita un buen apoyo. Pon tus brazos bajo los hombros en la zona de las axilas y abraza completamente al paciente, cerrando por la espalda, con tus manos entrelazadas una con la otra, o abrazando su cintura, o sujetándole por el cinturón con ambas manos, mientras flexionas las piernas para impulsarte lentamente hacia atrás. Pide al paciente que se abrace también a ti para que se sienta seguro y colabore, en la medida de sus posibilidades, y para hacer el movimiento de separación de la silla y el de giro de ambas personas haciendo un bloque.
En caso de ser posible, sería recomendable que la persona que está en la silla de ruedas hiciera también impulso con sus piernas, acompañando a tu movimiento para evitarte parte de la carga. Háblale para que sepa cuando empiezas a levantarle y despegarle de la silla y aprovecha la inercia de ambos, pero tirando muy lentamente. Cuando le hayas separado de la silla, gira tus pies para girar tu cuerpo en un solo bloque con el paciente para trasladarlo a la cama y dejarlo sentado.
Si la persona pesa demasiado para poder levantarla o no puede colaborar, es recomendable pedir ayuda a una tercera persona o utilizar una grúa para enfermos o personas mayores.
Paso 4: Acomoda
Asegúrate que la persona está segura y bien sentada, antes de soltarle. La pelvis debe estar adecuadamente apoyada dentro de la cama. Las piernas deben estar bien apoyadas y la espalda recta.
Acomodar al paciente es de vital importancia para su correcto reposo. En caso de que hayas dejado al paciente bien sentado, pasa una mano por detrás de su espalda para que se apoye en ti y se deje caer lentamente. Simultáneamente, pasa tu otra mano por debajo de sus rodillas para levantarlas y girarle para ayudarlo a acostarse.
En el caso de pacientes muy dependientes, es muy probable que se necesite la ayuda de una tercera persona o una grúa para colocar cómodamente al paciente.
El uso de una grúa permite realizar traslados y posicionar correctamente el paciente sin necesidad de esfuerzo físico por parte del cuidador.
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